El documental “Colivoro”, autogestionado por Mostro producciones y dirigido por el porteño Vicente Leiva, quien con particular cercanía y cariño recorre la historia de una familia chilota que por años se ha dedicado a la interpretación del acordeón, la reparación, restauración, formación y exhibición de este instrumento por medio del Museo del Acordeón.
Actualmente el documentalista se encuentra grabando en Aysén; esta realización tiene como personaje central a Sergio Colivoro, nacido en Chonchi en el año 1955, quien heredó de su padre el oficio de músico y reparador de instrumentos, quien a su vez era amigo de Liborio Bórquez Guzmán, “Cuncuna”, famoso músico Chonchino.
Desde muy joven, junto a su hermano Oscar, ya amenizaba fiestas campesinas, bautizos, fiestas patronales, torneos. Con el correr del tiempo eran invitados desde sectores y comunas vecinas, tales como Queilen, Isla Lemuy, Castro, Chadmo, Pureo y otros. Esto significaba viajar desde el día anterior ya que la frecuencia de buses para trasladarse de un lugar a otro no era la esperada. “Muchas veces teníamos que trasladarlos en bote según los lugares y también debíamos caminar largos trayectos con los instrumentos al hombro”
El realizador visitó la ciudad de Castro en octubre de 2015, en el marco del Seminario “Desafíos de los sitios de patrimonio mundial en Chile” realizado en la capital Chilota, movido por su afición por la música y el acordeón diatónico, visitó el Museo del Acordeón de Sergio Colivoro en Chonchi. “Cuando me acerqué al museo y conocí a Sergio Colivoro, descubrí que había una historia para contar; quizás al principio no sabía qué iba a contar, pero sí intuí inmediatamente que en esa historia había una sustancia que era importante compartir y narrar, en mi caso, los documentales del alma surgen registrando situaciones; después el desafío es que eso que uno siente en el lugar cuando está filmando se traslade a la película para que llegue al espectador y comparta esas sensaciones que uno tuvo”, destacó Vicente Leiva.
“Lo que siempre busco en mis documentales es sostener un criterio de que las cosas vayan al corazón y al alma, que la película resuene en lo profundo del sentimiento, esto fue algo que compartí todo el tiempo con Sergio Colivoro y que fue como un entendimiento tácito sobre el que no tuvimos que hablar”, agregó el director.
Por estos días el realizador visita distintas localidades de la Patagonia, registrando a los acordeonistas de la zona. El estreno se proyecta para el próximo verano
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