Las regiones no pueden ser territorios transables

Por Andrés Gillmore Socio Fundador Corporación Costa Carrera

Abajo: Foto Lago General Carrera y Cerro Castillo

Si existe una cuestión que ha despertado el interés a lo largo del tiempo en las comunidades regionales, ha sido la reestructuración regional del espacio territorial, al entenderse que el concepto del modelo regional moderno va mucho más allá en su dimensión política y por lo tanto debe considerarse también la idiosincrasia cultural de la forma de ser y del hacer de las comunidades que habitan los territorios y tomarlos en cuenta como base de sustentación de cualquier proyección productiva que quiera incorporarse y se quiera obtener una regionalización sustentable y con proyección de futuro.

La importancia es significativa en este análisis para el mundo regional, porque nos permite desarrollar un catalizador natural de las sensibilidades regionales y transformarlo en un estímulo para la creación de un debate metodológico; es decir, que permita diseñar modelos de desarrollo que respeten las capacidades de carga de los territorios, sin destruir las ventajas comparativas y las denominaciones de origen que cada región posee y en ello fundamentar el sello verde.

Todo lo que tenga que ver con modelos regionales y capacidades de carga, debe perfeccionar los criterios de delimitación y representación de las comunidades y de esa manera avanzar de acuerdo con las potencialidades y las limitaciones naturales de cada territorio, que en muchas regiones son diversas y singulares. De este modo, la metodología y la estrategia deben estar en correlación directa con los escenarios territoriales y en complementación con la diferenciación natural que cada región posee e incluso en sus mismas comunidades, para obtener una integración responsable y de acuerdo con los análisis interpretativos específicos. De esta manera, la lógica de la competitividad territorial surge espontáneamente ante la globalización de la economía regional, produciendo armonía y proyección de futuro y de acuerdo con un modelo superior de desarrollo regional, que respete la forma y el fondo de las comunidades que viven en las regiones.

En buena medida el desarrollo de las regiones ha estado limitado a debates teóricos y proyectos de desarrollo, que no han tomado en cuenta las necesidades de los que habitan los territorios y transformarse en la regionalización que se requiere para hacer de Chile un país desarrollado y con futuro. Aunque se reconoce la urgente necesidad de regionalizar, el centralismo imperante no ha podido ser desestabilizado y el regionalismo es visto por todos los gobiernos como un contrario y no como un aliado para ir por la sustentabilidad.

Aunque se aprobó la ley que nos permitio elegir Gobernadores Regionales, la falta de una verdadera estructura para administrar, se transformo en un gobierno paralelo sin poder alguno y esto esta trayendo complicaciones en la administración regional, ante una ciudadanía llena de expectativas y donde el gobernador no puede cumplir con lo que se requiere. Así, una vez más, a pesar de todo y de todos, nos demuestran que no se han realizado todos los esfuerzos necesarios por afianzar la fortaleza de los beneficios que traerían la regionalización al mundo práctico del desarrollo productivo y de servicios del conocimiento que eso requiere, que le permitirá al mundo regional ver el futuro con tranquilidad.

La búsqueda de los puntos de confluencia desde una perspectiva regionalista es un tema que aun esta abierto y de dimensiones propias, que viene a constituirse en un ejercicio de reflexión de lo que significa realmente la Geografía Territorial de cada una de las regiones para las comunidades que las habitan y tener así la oportunidad de implementar una verdadera relación con las comunidades y proyectar el futuro de una manera trascendental, que hasta ahora no ha ocupado una posición preponderante en la visión política del Chile de todos y que esta en relación directa con las necesidades de las comunidades regionales y no es parte de una estructura metodología territorial regional como se requiere y que este en sintonía con el proceso de renovación que necesitan las regiones para no ser destruidas y contaminadas por la falta de un modelo de desarrollo que este en concordancia con los objetivos.

Los factores que se necesitan para fundamentar un desarrollo sustentable de lo que reconocemos como regional, en la actualidad está falto de la sustentación que se necesita para enfrentar la complejidad del espacio político y del desarrollo productivo que propone la visión regionalista, ante variables coludidas para dejarlo inerte y no tomar en cuenta la diversidad del mundo regional como factor de crecimiento y desarrollo, por intereses proyectados en función de criterios delimitados y aplicados a necesidades que no corresponden en absoluto para precisar los rasgos naturales, históricos y socio-económicos que deben anteponerse en una unidad regional propia y en armonía con su modelo de desarrollo.

La regionalización no es más que la búsqueda de un modelo que esté de acuerdo con la sensibilidad geográfica territorial y que actué en armonía con lo social y lo cultural para afianzar la fortaleza desde la misma región y no de acuerdo a intereses foráneos, como ha estado ocurriendo en las últimas décadas, buscando la diferenciación desde el mismo territorio, ante una homogeneidad que muchas veces es desproporcionada y centralista, que impone condiciones, ante una interpretación regional inadecuada de las discontinuidades del espacio territorial geográfico, que muchas veces es falto de un punto de vista natural y careciendo de una perspectiva de las limitaciones de la territorialidad, ante un sinnúmero de arbitrariedades que ven a las regiones como territorios transables y negociables.

Consejeros Regionales de Aysén, cometieron un notable abandono de deberes ante la creación y posterior readministración del Parque Nacional Patagonia.

Por Andrés Gillmore Socio Fundador Corporación Costa Carrera

Los Consejeros Regionales de Aysén cometieron un notable abandono de deberes ante la creación del Parque Nacional Patagonia en enero 2018 en las postrimerías del gobierno de Bachelet II y en la posterior readministración del Parque por el Gobierno de Piñera II y la publicación del segundo decreto del Parque en diciembre del 2018. Aceptaron sin defender los intereses regionales y de las comunidades desde Villa Cerro Castillo a Calera Tortel, que Bienes Nacionales EXCLUYERA 37.3 HTS del Parque Patagonia irregularmente y que en un hecho inédito además y completamente irregular, se calificaran esas hectáreas por parte de Bienes Nacionales con el mote de APTITUDES MINERAS a pedido de minera Equus para desarrollar el proyecto minero Los Domos, por el entonces ministro de Bienes Nacionales Felipe Ward (UDI) y además que el decreto de diciembre del 2018, que se suponía era para arreglar él grosero error del primer decreto del gobierno de Bachelet II, que diseño el parque con 7.110 hectáreas de mas, contra la resolución del Consejo de Ministros de abril del 2017 que dictamino que el Parque deberia contar contar con 302.335 hectáreas, por ser un Parque publico-Privado con 49.151 hts donadas por el Estado de Chile, las Reservas Nacionales Jeinimeni de 161.100 hts y Forestal Cochrane de 8.361 hts y el predio Tompkins de Valle de Chacabuco de 83.721 hts, se dejaran en negro 2 mil hts y de esa manera aislar las 37.3 hts excluidas (expropiadas) al Parque irregularmente y se transforma de parte de los Consejeros para decirlo de forma diplomática, en un NOTABLE ABANDONO DE DEBERES ANTE LA REGIÓN Y LAS COMUNIDADES DEL SUR DE Aysén…irregularidad de forma y fondo de parte de este Consejo, que es un indicio mas de la gran CORRUPCIÓN que se vienen desarrollando en la región desde hace muchos años, especialmente en los temas ambientales y la intervención territorial de empresas mineras y salmoneras extranjeras, que entran a la región corrompiendo la institucionalidad vigente vaya a saber a cambio de que…y contaminando el presente futuro de las comunidades ante lo que significa el sello verde y la denominación de origen de los productos y servicios que se prestan en la región.

Abajo el Lote 10 de Quebrada Honda dejado en negro x Felipe Ward (ministro BBNN 2018) para aislar las 37.3 hts excluidas al Parque y calificas con APTITUDES MINERAS

Decreto que deja en negro 2 mil hectáreas (Debe ser por 306.888.7 hectáreas)

Silicosis: El otro legado de la minería en la cuenca del lago General Carrera Informe elaborado para la seremi de Salud de Aysén lo consigna

Uno de los argumentos al que se recurre, en el marco de la discusión sobre el avance de la minería hacia otros territorios de Aysén, es que hoy los poblados mineros de Puerto Sánchez y Puerto Cristal, junto a mina Escondida cerca de Puerto Guadal, son atractivos turísticos. Y que no se comprende tanto cuestionamiento a una actividad que es parte de la historia, incluso cultura, de la cuenca del lago General Carrera.

Laguna Verde en fachinal, transformada en dique de cola y pozo de relave x minera Canadiense Cerro Bayo (2017)

Eso es indiscutible.

Basto asistir a una cita con antiguos pobladores y pobladoras de Chile Chico, Mallín Grande, Puerto Guadal, Puerto Ingeniero Ibáñez, Levicán para que afloren relatos de un pasado ligado a la extracción de mineral. Recuerdos de tiempos pasados, similares a los que permanecen en el alma de ex trabajadores de las pampas salitreras del norte, las de las fichas y las pulperías que engrosaron fortunas inglesas y de la elite chilena. Las de la matanza de la Escuela Santa María.

No es extraño que en la evocación del pasado se filtren los recuerdos, privilegiando los de noble y encantador cuño. La Agrupación Social y Cultural Los Cristalinos, que desde 2005 arriba cada verano a Puerto Cristal para rememorar, visitar antepasados y encontrarse entre quienes comparten un pasado común, tiene tal sentido. Es el legítimo rescate de la memoria. Son las vivencias antañas que, efectivamente, hoy también forman parte de los atractivos que en Aysén busca el visitante. No por nada desde 2008 Puerto Cristal es monumento nacional en categoría de monumento histórico.

Pero la historia no son solo buenos recuerdos. En el caso de la minería en Chile cobija una dramática realidad que, en algunos casos, subsiste hasta hoy. Porque Baldomero Lillo no estaba equivocado.

Las condiciones laborales en la mina

En 2016 el antropólogo Mauricio Miranda y el ingeniero en prevención de riesgos Cristian Evaristi elaboraron para la secretaría regional ministerial de Salud de Aysén el informe “Identificación de ex trabajadores que estuvieron expuestos a polvo en fracción respirable con contenido de sílice, en las extracciones de las mineras ubicadas en Puerto Cristal”.

El documento recoge los testimonios de 62 ex trabajadores y trabajadoras de Puerto Cristal, recabando antecedentes respecto de su exposición a diversos riesgos, en especial al polvo en suspensión. Todos hoy viven en Puerto Ingeniero Ibáñez (8), Chile Chico (27), Puerto Guadal (5), Bahía Murta (4), Puerto Sánchez (11) y Puerto Río Tranquilo (7). De estos, fueron validados 60 que cumplían con todos los requisitos considerados en la investigación.

Una mayoría hombres (hay una sola mujer), la muestra involucra principalmente a ex trabajadores de entre 50 y 90 años (un 89,9 %), donde un 40 % se desempeñó en la década del 70. Más de la mitad con enseñanza básica incompleta, dependientes en un 88,3 % del sistema público de salud y proveniente un tercio del rubro ganadero y agrícola, dato que demuestra cómo una empresa privada transformó no solo la economía sino parte de la cultura en la cuenca.

De los entrevistados, “existe una mayor frecuencia de ex trabajadores mineros que describen que las condiciones del campamento eran buenas (45 %)”. Un 41,7 %, en cambio, relata que estas eran regulares.

Un antecedente relevante es que la mayoría (85 %) recuerda que su salud en el tiempo de trabajo era apta. Sin embargo, un 83,4 % define un sueldo en dicho período como regular y malo.

En términos de exposición a riesgos como ruidos, vibraciones, altas temperaturas, humedad, polvo en suspensión, humo, gases, iluminación y ventilación deficiente, una mayoría reconoce su alta prevalencia. En esto, sobresalen el ruido y polvo en suspensión, bordeando un 90 % que dijo haber estado siempre expuesto a estas condiciones.

En el caso del material particulado, este les afectaba múltiples órganos: ojo, nariz y garganta.

“Respecto de la entrega de equipo de protección personal, un gran porcentaje indica que efectivamente se le hacía entrega de estos elementos, pero no el requerido de acuerdo al peligro y niveles de riesgo al que se exponían los trabajadores de acuerdo a sus labores habituales. Por ejemplo, se entregaban botas de goma sin protección. La mayoría del equipo se entregaba hasta que se presentara un detrimento importante” se indica el informe.

En este sentido, un 65 % recuerda que nunca le entregaron mascarilla de protección respiratoria.

Silicosis

El informe consigna que “la silicosis es una enfermedad de los pulmones causada por respirar polvo que contiene partículas muy pequeñas de sílice cristalina”.

Las patologías que puede producir son que “el tejido del pulmón se daña de alguna forma, conocida o desconocida”; “las paredes de los alvéolos de los pulmones se inflaman”; “empiezan a aparecer cicatrices (fibrosis) en el intersticio, tejido que se encuentra entre los alvéolos y los capilares”, “una fibrosis progresiva, granulomatosa, hialinizante, que se produce en sitios de depósito de polvo de cuarzo en los pulmones”.

Y explica:

“La fibrosis es el engrosamiento y cicatrización del tejido pulmonar, lo que disminuye progresivamente su función fisiológica que permitía el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre. Los alvéolos, así como el tejido de los pulmones que se encuentra entre ellos y rodeándolos, y los vasos capilares de los pulmones, son destruidos por la formación del tejido cicatrizante”.

“Los granulomas son formaciones de nódulos de carácter inflamatorio, por lo común de 1 a 2 mm. de diámetro, constituidas esencialmente por macrófagos que no han podido absorber la sílice”.

“Hialinizante, que forma material homogéneo cristalino dentro de una célula”.

La silicosis, reconocida como uno de los problemas prioritarios de salud ocupacional en el mundo, es incurable y muchas veces progresiva.

De regreso en Puerto Cristal.

Más de la mitad de los encuestados informa que nunca se le realizó un control médico durante su trabajo en faena (55 %). Y un 83,3 % nunca fue sometido a rayos X de tórax o pecho.

Del total, un 13,3 % ha sido diagnosticado con una enfermedad profesional, de los cuales 7 corresponden a silicosis. En este sentido, el informe apunta que “existe una mayor frecuencia de ex trabajadores mineros que en la empresa no le informaron sobre los riesgos de accidentarse o enfermarse (61%), lo cual indica que históricamente los mineros poseían una mala condición en torno al contexto de su salud y la relación con su trabajo”.

Aunque el diagnóstico de silicosis puede parecer bajo, un 36,7 % sí ha presentado problemas como dificultad para respirar, cansancio, dolor pulmonar, silbido en el pecho, tos seca y tos con flema. Y de los ex trabajadores, un 86,7 % conoce compañeros de trabajo que han presentado problemas respiratorios o que se han enfermado de los pulmones.

Todo esto da cuenta de que un “gran porcentaje de los trabajadores presentan en algún grado síntomas relacionados con problemas respiratorios”. De todas formas aclara que este hecho “no afirma ni niega la presencia de silicosis en ellos”, ya que esta enfermedad,“según indica la OMS, debe descartarse o afirmarse mediante la aplicación de exámenes específicos de radiografías del pulmón”.

Las difíciles condiciones respiratorias son confirmadas por los propios testimonios:

“Se podía ver la presencia de polvo en el ambiente, la lámpara alumbraba el polvo que siempre estaba presente mientras nosotros trabajábamos”; “hacían los tiros, no esperaban ni una hora y nos enviaban de nuevo a trabajar… y recién de 3 o 4 horas se disminuía el polvo”; “oiga, los filtros debe haber sido una cosa de 2 o 3 horas nada más, porque ahí agarraba humedad y se iba pegando… conforme se iba humedeciendo con la respiración se iba pegando el polvillo y ya después no respiraba uno y así había que botarlo y trabajar al aire, así nomás, sin nada”; “antes no se entregaban máscaras, se usaba puro pañuelo mojado que salía negro”; “cuando trabajábamos, nos sonábamos o escupíamos y salía todo negro”.

El pasado minero en la cuenca

Puerto Sánchez, con la mina Chivas, fue una faena de extracción de cobre y calcopirita, que comenzó sus operaciones a principios de los años 50 llegando a albergar a medio millar de trabajadores en sus campamentos. Luego de pasar a Corfo fue adquirida en los 90 por la familia Walker para explotar caliza. En el libro “La Ruta del Mineral: Guía Patrimonial de los pobladores mineros en la Patagonia” se relata que en sus primeros años la operación “fue visitada por delegaciones nacionales y extranjeras, médicos, ingenieros, entre otros profesionales. Lamentablemente, su concurrencia se debía a la deficiente condición ambiental del proceso de producción del mineral que respondía a una planta de fundición altamente tóxica que estaba envenenando a la población”.

En Puerto Guadal funcionó también desde los años 50, primero artesanalmente y luego a mayor escala, la mina Escondida, extrayendo cobre como recurso principal durante aproximadamente una década, con unos 150 trabajadores en sus momentos de mayor movimiento. A mediados de los 80, ya en manos de Corfo, se intentó una nueva explotación, pero esta duró solo dos años.

Y en Puerto Cristal operó la mina Silva, de zinc y plata, desde 1948 hasta 1993. Durante la década del 50 llegó a alojar en sus campamentos unas 850 personas.

Estas operaciones no eran menores.

El estudio consigna que la Compañía Minera Aysén generaba el 50 % del plomo y más del 40 % del zinc de Chile desde la explotación de sus yacimientos en la cuenca del lago General Carrera como Puerto Cristal y Puerto Sánchez.

Las operaciones del pasado minero de Aysén hoy son objeto de investigaciones científicas producto de la contaminación asociada a sus pasivos.

El Campus Patagonia de la Universidad Austral de Chile ha desarrollado, con fondos públicos, un proyecto de biorremediación ambiental bajo el nombre “Recuperación de sitios contaminados con metales pesados”, principalmente en los relaves que aún permanecen en la zona. Y últimamente ha dirigido sus miradas hacia el lago General Carrera con el estudio “Influencia de Relaves en Chelenko: Propuesta de Remediación”.

La razón de estos proyectos es claro: la minería en Aysén ha dejado un pasivo de contaminación en sus suelos, lo cual ha sido constatado dramáticamente en 2015 en Alto Mañihuales con la muerte de ganado e intoxicación de pobladores por plomo, arsénico y mercurio producto de las operaciones de mina El Toqui, hoy de Laguna Gold.

Y según consignó un informe elaborado por Sernageomin las aguas del lago también estarían siendo afectadas por el drenaje ácido de metales pesados proveniente de las operaciones abandonadas de Puerto Cristal.

Es el otro legado de la minería en un territorio que ha basado su estrategia productiva, fundamentalmente, en un espacio de naturaleza y biodiversidad con calidad ambiental de excepción.

¿Aysén reserva de vida o Aysén zona de sacrificio? La intervención minera del Parque Nacional Patagonia

Por Tomás Moggia y Cristóbal Pérez

En una medida celebrada y catalogada de histórica a nivel internacional, a principios del 2018 la entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó en compañía de la conservacionista Kristine McDivitt Tompkins los decretos para crear cinco nuevos parques nacionales que ayudaría a formar una Ruta de los Parques de la Patagonia. Pese al júbilo generalizado, con el correr de las semanas lentamente comenzaron a surgir voces opositoras a la medida, argumentando que uno de los parques, el Parque Nacional Patagonia en Aysen, afectaría con especial fuerza a la industria minera. Algunas autoridades de Aysén, entre ellas el senador David Sandoval y el alcalde de Chile Chico, Ricardo Ibarra, lideraron la operación anti parque con un claro objetivo: “Los Domos”, un proyecto de exploración minera con potencial para la extracción de oro y plata, y que contemplaría una inversión de entre USS 600 a 1400 millones. Las faenas son impulsadas por la sociedad Southern Gold, controlada por la minera australiana Equus Mining. La misma empresa fue detectada haciendo labores de prospección ilegal al interior de la Reserva Nacional Jeinimeni, que fue anexada al parque, en las cercanías del geositio “Domo Valle Lunar” y el Monumento Nacional “Cueva de las Manos”, y también del Cerro Colorado o Apidame, un paraíso de la escalada en fisura que recuerda a la icónica Devil`s Tower de Estados Unidos. La polémica escaló luego que en mayo de 2018 el ministro de Bienes Nacionales de Chile, Felipe Ward, pusiera en conocimiento de la Comisión de Medio Ambiente del Senado dichas irregularidades. Pero a través de un intenso lobby, representantes de Southern Gold lograron reunirse con el secretario de Estado, y en julio desde el ministerio se habría constatado que la faena minera concluyó y que en realidad se había realizado fuera del límite del área protegida, aunque a escasos metros. Las diferencias que surgieron entre los sectores turismo y minería provocaron que la Asociación Gremial de Turismo de Chile Chico decidiera marginarse de la mesa de trabajo convocada por el municipio local para abordar la creación del Parque Nacional Patagonia. Una determinación que fue respaldada por la Federación de Gremios del Turismo de la Región de Aysén, en alerta por los impactos ambientales que el proyecto podría acarrear para una zona de fuerte vocación turística. Desde la organización esgrimen que un sector productivo no puede crecer a costa de otros, y que urge apostar por actividades productivas ya priorizadas en procesos altamente participativos, que además no pongan en riesgo la sustentabilidad. 

 Cerro Colorado. Foto: Daniel Millacari

Cerro Colorado. Foto: Daniel Millacari

El golpe de nocaut estaba por venir. A mediados de octubre el ministro Felipe Ward visitó Chile Chico anunciando que se había logrado “firmar un acuerdo muy emblemático e histórico”. Para el gobierno del presidente Sebastián Piñera, la solución al conflicto pasó por permitir el avance de la minería del oro mediante la redelimitación del Parque Patagonia, respondiendo así a las demandas de las familias campesinas para sus veranadas y al lobby minero de la australiana Equus Mining. Ricardo Ibarra, alcalde de Chile Chico, estaba exultante: su trabajo había rendido frutos. “Estamos dando un gran paso hacia la unidad. Este no es un triunfo de ninguno de los sectores, es un triunfo de Chile Chico, y todos están llamados a ser parte de él”, sostuvo el edil. Bajo ese nuevo escenario, a fines de diciembre pasado finalmente el parque vio la luz. Para Patricio Segura, presidente de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa), en todo este proceso existió un claro conflicto de interés. “El gobierno incluyó hace meses ‘Los Domos’ como la única inversión que apoyará en Aysén en el marco de su Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables, y hoy cambia una política pública en proceso para beneficiar a este proyecto en particular”, comentó el ambientalista. La preocupación pasa también por la fuerte presión a la que está siendo sujeta la cuenca del lago General Carrera producto de los intereses mineros. Los flancos son varios. Y es que mientras la empresa minera australiana Laguna Gold, controladora de El Toqui, busca avanzar con cinco proyectos en el área de Puerto Ingeniero Ibáñez, la canadiense Mandalay Resources quiere reabrir la mina Javiera y GoldCorp ya explora el área norte del lago. El conflicto ha seguido escalando conforme el paso de los días. A fines de octubre, luego de la aprobación en forma unánime por parte de la Comisión de Evaluación Ambiental de Aysén de nuevas prospecciones mineras por parte de Laguna Gold, la molestia de la comunidad aysenina se hizo patente a través de diversas protestas en Coyhaique, Cochrane, Puerto Cisnes y Puerto Tranquilo. De acuerdo a las organizaciones ambientalistas, se trató de la primera manifestación simultánea y pública vinculada con la ofensiva minera en la región, y que en este caso no se circunscribe exclusivamente a la cuenca del lago General Carrera al contemplar poco menos de 300 plataformas de sondaje en las comunas de Lago Verde, Coyhaique y Río Ibáñez, donde fueron aprobadas las declaraciones de impacto ambiental de los proyectos Santa Teresa, Katterfeld y Terrazas, respectivamente.

Abajo Los Domos. Foto: Doerte Pietron

  Los Domos. Foto: Doerte Pietron

La medida no deja de ser llamativa e incongruente para algunos ambientalistas, quienes meses antes aplaudían un anuncio efectuado por la Comisión de Medio Ambiente del Senado, cuyo fin era solicitar a organismos del Estado informes sobre contaminación minera en la cuenca del lago General Carrera. La decisión sin duda aumentaba los cuestionamientos en torno a la autorización de minería en nuevos sectores de la región, sobre todo considerando que operaciones actuales y antiguas no se han hecho cargo de los pasivos ambientales que han generado. Sin embargo, ese optimismo inicial parece haber sido borrado de un plumazo. Mediante la consigna “Patagonia sin Mineras”, los manifestantes buscan hacer hincapié en que hay que ponerle freno a la minería en territorios donde ya se han priorizado vocaciones como la agricultura, ganadería, el turismo y la conservación. Para Patricio Segura, la defensa del lago General Carrera, o Chelenko, como lo llamaron los tehuelches, asoma como fundamental para que la cuenca no termine sentenciada como un vertedero minero. “Despejada la intención política del gobierno de permitir el avance de la minería del oro, proteger el principal reservorio de agua dulce de Chile de los documentados impactos de este sector es hoy uno de los objetivos socioambientales de Aysén”, aseguró el presidente de Codesa. Más al norte, la minera El Toqui se ha visto en vuelta en irregularidades que ponen una vez más a la minería de la región en tela de juicio. Se detectó la intoxicación de ganado y la presencia de metales pesados (plomo, arsénico y mercurio) en cerca de una treintena de habitantes de Alto Mañihuales, quienes desde hace meses vienen denunciando las malas prácticas y negligencias de la minera ante la inacción y falta de fiscalización del Estado. ¿Será un anticipo a lo que vendrá para la cuenca del lago General Carrera? Andrei Tchernitchin, toxicólogo ambiental de la Universidad de Chile, realizó en noviembre una intensa gira por Aysén con el fin de informar en una serie de talleres sobre los impactos de la actividad minera en la salud de las personas y los ecosistemas, junto con dar cuenta de los resultados de la intoxicación de los pobladores de Alto Mañihuales.

  "El Agua Vale Mas Que Oro". Protesta de Agrupación Comunal Funcional Puro Ibáñez. Foto: Marcelo Mascareño

«El Agua Vale Mas Que Oro». Protesta de Agrupación Comunal Funcional Puro Ibáñez. Foto: Marcelo Mascareño

Al también presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile le parece preocupante que empresas mineras se instalen en la región y puedan producir graves problemas como los que ya han ocurrido en otras zonas del país. Según el profesional, incluso en procesos de prospección y extracción de minerales pueden producirse drenajes de ácido hacia las aguas aledañas, un fenómeno que es todavía más recurrente cuando que entran en funcionamiento los tóxicos tranques de relaves mineros, aquellos depósitos con alta concentración de contaminantes. “Cualquier ruptura de roca con sulfuros, por tener muchos minerales, forma ácido -por oxidación en contacto con el agua-, y ese ácido drena y disuelve los elementos que se encuentran en la roca y en las arenas”, explicó Tchernitchin, detallando que tanto el ácido sulfúrico resultante como los metales pesados no disueltos y expuestos en alta concentración tienen la capacidad de contaminar napas y cursos superficiales de agua. Y el gran temor es que eso llegue a suceder incluso en las prístinas aguas de la Patagonia, donde ríos tan icónicos y caudalosos como el Baker corren ese peligro. Preocupante historial nacional.

Desde la época colonial e incluso antes que el territorio donde se enmarca Chile ha tenido vocación minera, y hoy el país es líder a nivel mundial en la producción y exportación de minerales como cobre, molibdeno y litio. No por nada en su momento Chuquicamata fue considerada la mina a cielo abierto más grande del mundo, y la mayor productora de cobre. Actualmente, El Teniente, en las cercanías de Rancagua, a escasos kilómetros de Santiago, es el yacimiento de cobre subterráneo más grande del planeta. Las mineras están desperdigadas por la zona norte y centro del país; un modelo extractivista que va dejando en su paso cicatrices en las cordilleras, numerosos y enormes relaves mineros activos y abandonados por doquier, y relatos de comunidades locales corrompidas y con sus fuentes de alimento y agua contaminadas por la minería. Tocopilla, Mejillones, Huasco, Quintero y Puchuncaví son ejemplos palpables de zonas de sacrificio; sectores geográficos de alta concentración industrial en los que se ha priorizado el establecimiento de polos en los que, entre otras cosas, se procesan minerales por sobre el bienestar de las personas y el ambiente. ¿Es ese el futuro que le depara a la Patagonia? Mientras para diversos actores de la región el potencial del lago General Carrera está estrechamente relacionado con la conformación de un geoparque, donde convivan en armonía el turismo y la conservación, hoy este territorio vive los que probablemente sean sus días más sensibles y decisivos en un agitado debate en torno a actividades que asoman como opuestas e incompatibles.  ¿Aysén reserva de vida o Aysén zona de sacrificio?

No confundir Ambientalismo con Ecologismo

Por Andrés Gillmore Socio Fundador Corporación Costa Carrera Past-Director

Las ONG son ambientalistas y rápidamente les puedo comentar, que estas organizaciones no gubernamentales como Green Peace, Chile-Ambiente, Chile-Sustentable, no contemplan transformaciones sociales, políticas y económicas necesarias para la sustentabilidad y no es una alternativa real de desarrollo, ya que solo se preocupan de racionalizar el dominio sobre la naturaleza y son parte del capitalismo, que por su naturaleza es antiecológico, antisocial y no desarrollan ningún cambio real y solo buscan financiación para subsistir y en Chile estamos llenos de estas lacras y que explican la intervención salmonera y minera de Aysén. POR ESO NO CONFUNDIR CON ECOLOGISTAS.

Los ecologistas enfrentan las ambigüedades y las inconsistencias del enfoque ambientalista y buscan la sustentabilidad y por sobre todo la ética ambiental. La opción ecologista es de mayor radicalidad y demuestran cómo el modelo neoliberal de mercado genera la crisis real y eso explica como esas ONG que defendieron la cuenca del lago General Carrera de HidroAysén, en la actualidad negociaron con el gobierno de Sebastian Piñera la intervención del Parque Patagonia por la minera Equus y poder desarrollar el proyecto minero Los Domos y de esa manera obtener financiación de sus intereses, descartando las comunidades en pos de sus propios intereses, que no es otro que conseguir financiación y pagar los gastos de sus oficinas y asesores.

Abajo plano del proyecto minero Los Domos en pleno Parque Nacional Patagonia, negociado por Kristine Tompkins con el Gobierno de Sebastian Piñera, aceptando la exclusión de 37.3 hts del parque para desarrollo minero

El ecologismo plantea que para ser sustentable, se requieren cambios radicales en las formas sociales y políticas, en relación con el ambiente. Exige transformaciones sociales, políticas y económicas y propone el “eco socialismo”, la “ecología política o popular”, para solucionar el problema a partir del análisis de los efectos-causas-soluciones, encauzando prácticas pedagógicas para desvelar las contradicciones del sistema perverso del mercado. El enfoque ecologista plantea algunas alternativas para vivir en una “política de los límites” o “sociedad de la escasez”, planteando raíces políticas y socioeconómicas de la crisis en conjunto con el desafío global y no solo local, con una organización económica descentralizada, de ciclos cortos y pequeña escala, para reducir el consumo de energía, con tecnologías ecológicas y de alta durabilidad, educando a la sociedad para un consumo sano y un estilo de vida responsable para conseguir un bienestar individual y colectivo, con una cultura política participativa y que sea sensible con los temas socioambientales de todos.